Criptas de la Catedral
Siguiendo la antigua tradición cristiana-romana de enterrar a los arzobispos en las entrañas de sus santuarios, en la Catedral de la Ciudad de México se diseñó también una gran cámara mortuoria en sus sótanos. Se trata de un conjunto de 10 mil criptas distribuidas en 14 capillas; la más significativa lleva por nombre la Cripta de los Arzobispos.
Ésta se encuentra justo debajo del Altar de los Reyes y fue mandada a construir por el arzobispo monseñor Luis María Martínez y Rodríguez en 1937. A pesar de tener relativamente poco, la cripta resguarda desde los restos del primer arzobispo de México, fray Juan de Zumárraga, quien murió en el año de 1548, hasta los del cardenal Ernesto Corripio Ahumada, cuyos restos fueron depositados en abril del 2008.
La cámara se encuentra abierta al público y consta de un laberíntico pasillo en cuyos lados se ubican las criptas. En la cripta arzobispal se encuentran 79 nichos de los cuales sólo 40 han sido utilizados. Los demás permanecen sellados con una gruesa capa de bronce. Algunas partes del techo están forjadas con oro.
Este salón está custodiado por dos esculturas de monjes talladas en madera. En los muros laterales se encuentran cuatro catafalcos. Cuando muere un arzobispo, su féretro es resguardado en uno de éstos durante 20 años, para posteriormente exhumar sus restos y colocarlos en los nichos correspondientes.
En el centro se encuentra un cenotafio con una escultura a tamaño natural de Zumárraga, en cuya base se encuentra un cráneo tallado en piedra en estilo mexica, puesto que era considerado protector de los indígenas frente a los abusos de sus amos. Detrás de éste, existe un altar con otra escultura geométrica prehispánica ubicada en la parte inferior. Los demás arzobispos se encuentran en nichos en las paredes, señalados por placas de bronce en las que aparece el nombre y el escudo episcopal de cada uno. En el suelo se encuentran losas de mármol que cubren los nichos de otras personas enterradas en la cripta.
La catedral contiene otras criptas y nichos donde están enterradas otras figuras religiosas, incluso en las capillas. Además, cuenta con criptas para los fieles que deseen ser enterrados en la catedral.
